La industria química de México tiene el potencial de transformarse en un motor económico clave, con la capacidad de duplicar su tamaño para 2035 y posicionarse entre las diez más grandes del mundo. Con inversiones estratégicas, sostenibilidad y un mejor aprovechamiento de sus recursos naturales, el sector podría alcanzar un crecimiento histórico pese a los desafíos actuales.
Un sector con potencial de crecimiento exponencial
La industria química mexicana tiene la posibilidad de convertirse en una de las diez más grandes del mundo para 2035, alcanzando un valor de hasta 17 mil millones de dólares adicionales en el Producto Interno Bruto (PIB) sectorial, según un informe de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (Camexa). Este ambicioso objetivo colocaría a México a la par de potencias como Brasil en este rubro.
Claves para el éxito: inversión y sostenibilidad
Para materializar este crecimiento, Camexa subraya la importancia de apostar por fuentes de energía renovable. Según la cámara, estas podrían reducir los costos de producción, fortaleciendo la competitividad de la industria. México cuenta con importantes ventajas, como las reservas de gas natural en el yacimiento de aguas profundas de Lakach, el potencial de la refinería de Dos Bocas y su cercanía a la Costa del Golfo, que facilita la importación de materias primas a precios competitivos.
Además, el sector destaca en reciclaje mecánico y producción de rPET de grado alimenticio, liderando incluso a países como Estados Unidos y Brasil. Con la mejora de sistemas de recolección y mayor capacidad instalada, México podría capitalizar aún más esta ventaja.
Empresas alemanas apuestan por México
A pesar de los desafíos económicos y estructurales de las últimas décadas, empresas alemanas como BASF, Bayer y Boehringer Ingelheim están aumentando sus inversiones en el país. Por ejemplo, Bayer destinará 200 millones de dólares para expandir sus plantas en Lerma y Orizaba, mientras que Boehringer Ingelheim amplía instalaciones en la Ciudad de México.
Desafíos pendientes
El sector enfrenta varios retos, como la limitada disponibilidad de gas natural, infraestructura insuficiente, costos energéticos en ascenso y una lenta adopción de tendencias globales como el nearshoring, la sostenibilidad y la economía circular. Estos obstáculos podrían frenar el crecimiento si no se abordan de manera estratégica.
Un panorama mixto en 2023
Según datos de la Asociación Nacional de la Industria Química (Aniq), el volumen de producción creció 3.2% en 2023, mientras que las exportaciones aumentaron significativamente (119.8%), alcanzando 6,199 millones de dólares adicionales. Sin embargo, el porcentaje de utilización de la capacidad instalada cayó a su nivel más bajo en seis años, situándose en 64.1%. La participación del sector en el PIB nacional se redujo a 1.6%, por debajo del promedio de 2.1% de los últimos cinco años.
A pesar de estos desafíos, la inversión en el sector creció 2.3% en 2023, representando una inyección de 34.3 millones de dólares adicionales, un indicio de confianza en su potencial futuro.
Conclusión: una oportunidad histórica
La industria química de México se encuentra en un punto de inflexión. Con una inversión sostenida, el aprovechamiento de recursos naturales y un enfoque en prácticas sostenibles, el país podría duplicar su producción para 2035 y consolidarse como un actor clave en el escenario global. Sin embargo, superar los desafíos estructurales será fundamental para alcanzar estas metas y aprovechar plenamente su potencial.
