Ante la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China, México ha comenzado a tomar medidas para fortalecer sus cadenas de suministro locales. El país busca reducir su dependencia de productos importados desde China, según informó el diario The Wall Street Journal (WSJ). La estrategia incluye un llamado a las grandes empresas internacionales que operan en México para que identifiquen piezas y productos que actualmente se importan de China, pero que podrían fabricarse en territorio mexicano.

Un Plan para Fortalecer la Industria Nacional
En una entrevista citada por el WSJ, Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio Exterior, explicó que el objetivo es fortalecer las cadenas de suministro mexicanas. Aunque las conversaciones con estas empresas aún son informales, la idea es que compañías de sectores clave como el automotriz, semiconductores, aeroespacial y electrónico, evalúen la posibilidad de fabricar localmente productos que actualmente traen de China.
Nuevo Enfoque de la Administración de Sheinbaum
Este movimiento forma parte de las acciones que se están tomando bajo el gobierno de la recién asumida presidenta Claudia Sheinbaum. La administración de Sheinbaum está buscando que México sea una opción más competitiva frente a China, particularmente en sectores industriales que son críticos para la economía global.
Por el momento, las medidas están enfocadas exclusivamente en la competencia con China, ya que es considerado el principal rival comercial en la carrera global por atraer inversiones en manufactura.
Cambio en el Clima Comercial
En una nota dirigida a inversionistas y publicada recientemente, Rosendo Gutiérrez destacó que el ambiente en Estados Unidos ha cambiado, y existe un consenso creciente sobre la necesidad de aumentar la protección de las cadenas de suministro nacionales. Este cambio en la atmósfera comercial favorece los planes de México para desarrollar su propia industria y competir más directamente con China.
México en el Contexto de una «Guerra Comercial»
El gobierno mexicano reconoce que la competencia entre Estados Unidos y China en temas de manufactura e inversión extranjera directa está creando una «guerra» entre ambas naciones. México ve en esta situación una oportunidad para posicionarse como un destino más atractivo para la producción y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de insumos provenientes del gigante asiático.
Esta estrategia no solo busca atraer nuevas inversiones, sino también asegurar que las cadenas de suministro sean más resilientes y menos vulnerables a las tensiones comerciales entre las grandes potencias mundiales.