El miércoles 24 de abril marcó un hito en el mundo ferroviario cuando la compañía Canadian Pacific Kansas City (CPKC) desató el vapor de la antigua locomotora Empress, iniciando un viaje que abarcará territorios desde Canadá hasta México.
Conexión trinacional: CPKC y su importancia histórica
CPKC, surgida de la unión entre Canadian Pacific Railway (CP) y Kansas City Southern (KC), es mucho más que una simple fusión empresarial. Representa un puente físico y simbólico entre Canadá, Estados Unidos y México, consolidándose como el único ferrocarril que une estas tres naciones.
La joya sobre rieles: Empress 2816
En el centro de esta travesía histórica se encuentra la icónica Empress 2816, una locomotora de vapor tipo Hudson 4-6-4, manufacturada en diciembre de 1930 por Montreal Locomotive Works. Esta imponente máquina, con casi 28 metros de longitud y 4.6 metros de altura, es mucho más que una reliquia del pasado; es un símbolo en movimiento de la historia ferroviaria.
Un viaje de recuerdos y expectativas: el recorrido de Empress
El Final Spike Anniversary Steam Tour, como se ha denominado este viaje, comenzó en Calgary el 24 de abril y está programado para hacer 10 paradas, incluyendo Ciudad de México. Aunque este recorrido de exhibición no permite pasajeros a bordo, cada parada será una oportunidad para que el público conozca de cerca la majestuosidad de Empress, así como la fascinante historia detrás de CPKC.
Fechas clave: el arribo de Empress a México
Según la información proporcionada por CPKC, el viaje tomará 42 días en total. Empress llegará a Laredo, Texas, el 28 de mayo, para luego dirigirse a territorio mexicano, con llegada prevista a Monterrey el 31 de mayo. Finalmente, el 4 de junio, la capital mexicana recibirá a esta joya sobre rieles, donde permanecerá en exhibición, permitiendo que los mexicanos se sumerjan en la nostalgia y la emoción que trae consigo. Además de CDMX, otras ciudades mexicanas tendrán la oportunidad de ver de cerca a Empress, como Ramos Arizpe, Saltillo, Real de Catorce, San Luis Potosí, San Juan del Río, Querétaro, Tula de Allende, Cuautitlán Izcalli y Tlalnepantla.
Este viaje no solo es un testimonio del pasado, sino también un puente hacia el futuro, conectando generaciones y culturas a través del imponente rugido del vapor y el inconfundible sonido del tren sobre los rieles.