En medio de los constantes temores sobre una crisis alimentaria global y las críticas a la globalización, los mercados mundiales de productos básicos han demostrado su resiliencia, superando incluso el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania.
Superando el Desafío de la Invasión
En los últimos años, los mercados globales de alimentos han logrado superar desafíos significativos, incluyendo la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aunque el cambio climático sigue siendo una amenaza seria para la producción agrícola a mediano plazo, los mercados han mostrado un desempeño sorprendentemente robusto. A pesar de las dificultades en las cadenas de suministro de productos como el té, café, chocolate y aceite de oliva, estos problemas no se han traducido en una crisis alimentaria global.
Los Precios de Alimentos Básicos Bajo Control
Si bien los consumidores en países ricos han visto aumentos en los precios de ciertos productos, estos incrementos son relativamente pequeños en comparación con el impacto general en la economía. Por ejemplo, en Reino Unido, el aumento en los precios del café, té, cacao y chocolate ha sido mínimo en relación con la canasta de precios al consumidor. Este fenómeno se repite en Estados Unidos, donde la inflación alimentaria ha bajado por debajo de la tasa general de inflación.
En contraste, los precios de los alimentos básicos que son cruciales para los países de bajos ingresos se han mantenido controlados. Un aumento inicial en el precio del trigo en febrero de 2022, impulsado por la crisis en el Mar Negro, se revirtió rápidamente en tan solo cinco meses. Actualmente, los precios globales de los cereales están por debajo de los niveles registrados a finales de 2020, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Rol Clave del Comercio Mundial
La recuperación en la producción mundial no fue el único factor que ayudó a superar la crisis; el comercio global también jugó un papel crucial. A pesar de los intentos de Rusia de provocar una hambruna global para ejercer presión política, los sistemas de comercio mundial continuaron funcionando, permitiendo que los países afectados por la interrupción de las exportaciones del Mar Negro encontraran proveedores alternativos.
El Banco Mundial destaca que las naciones de África Occidental, que solían depender del trigo del Mar Negro, pudieron abastecerse de otros lugares, como Argentina y otros productores del hemisferio sur. Aunque hubo algunas excepciones, como las restricciones de exportación de arroz impuestas por India, la mayoría de los gobiernos evitaron bloquear las exportaciones, a diferencia de la crisis alimentaria de 2007-2008.
Adaptaciones en el Comercio Internacional
El comercio de alimentos ha demostrado su capacidad de adaptación frente a interrupciones en el transporte marítimo internacional. Las rutas comerciales han sido modificadas, y las empresas han aprendido a manejar disrupciones como las ocurridas en el Canal de Panamá sin causar aumentos prohibitivos en los costos.
Los Verdaderos Problemas de Seguridad Alimentaria
Aunque los mercados globales han resistido bien, los problemas de seguridad alimentaria persisten en regiones geográficamente aisladas o con conflictos internos. En particular, las naciones sin litoral del África subsahariana, que dependen de la producción local vulnerable a las sequías, y países afectados por conflictos como Yemen, Sudán y Somalia, enfrentan los desafíos más graves.
Un ejemplo es Egipto, el mayor importador de trigo del mundo, donde el gobierno tuvo que cuadruplicar los precios subsidiados del pan en junio, una medida que refleja problemas macroeconómicos internos más que una escasez de trigo.
Conclusión: El Comercio Abierto Como Pilar de Seguridad Alimentaria
El estado actual de la producción y consumo de alimentos a nivel global no es un fallo del “neoliberalismo”, aunque es evidente que aún queda mucho por hacer para corregir los mercados y hacerlos más sostenibles. A pesar de las distorsiones causadas por el proteccionismo y los subsidios locales, el comercio global ha proporcionado un nivel de seguridad alimentaria sin precedentes en la historia. Los mercados han permitido al mundo enfrentar múltiples crisis y seguirán siendo esenciales para enfrentar los desafíos futuros.