La mala alimentación en Coahuila ha alcanzado niveles alarmantes, afectando tanto la salud física como mental de sus habitantes. En el contexto del Día Mundial de la Alimentación, expertos advierten sobre la urgente necesidad de abordar esta problemática para mejorar el bienestar de la población.
Impacto de la Mala Alimentación en Coahuila
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, celebrado el 16 de octubre, diversos expertos alertaron sobre los efectos negativos de los malos hábitos alimenticios en Coahuila. Estos no solo deterioran la salud física, sino también la mental. Según datos del Boletín Epidemiológico Nacional, la población enfrenta un alarmante aumento de enfermedades crónicas, relacionadas directamente con una alimentación deficiente.
Entre enero y octubre de 2024, Coahuila registró miles de casos de enfermedades graves: 18,140 casos de diabetes tipo II, más de 22,000 personas con hipertensión, y 17,381 casos de problemas digestivos como úlceras y gastritis. La obesidad también está al alza, afectando a 5,430 hombres y 9,706 mujeres.
Relación Entre Alimentación y Salud Mental
Francisco Aguilar, nutriólogo y especialista en salud pública, destacó que la mala alimentación no solo afecta el cuerpo, sino también la mente. Estudios recientes muestran que el 40% de los pacientes con sobrepeso sufren de depresión, el 30% de ansiedad, y entre el 15% y 20% padecen Trastorno de Déficit de Atención (TDA). Esto demuestra una clara conexión entre la nutrición deficiente y el deterioro de la salud mental.
«El bienestar físico y mental van de la mano», explicó Aguilar, recordando que muchos problemas físicos tienen su origen en trastornos psicológicos derivados de una mala alimentación.
Factores Socioeconómicos y Culturales
El especialista también señaló que los aspectos socioeconómicos y culturales juegan un papel clave en la dieta de los coahuilenses. Los alimentos procesados y poco saludables son más accesibles, tanto en precio como en disponibilidad, lo que dificulta que las personas elijan opciones más nutritivas. «Es más fácil y barato comprar galletas o papas fritas que preparar una comida balanceada», comentó Aguilar. Además, la falta de educación nutricional desde temprana edad agrava la situación.
La Educación Nutricional, Clave para el Cambio
Aguilar enfatizó que es vital que la educación nutricional se integre en la vida diaria, tanto en el hogar como en las escuelas. A diferencia de países como Francia, donde la nutrición es parte del currículo escolar, en México se da prioridad a alimentos poco saludables. Cambiar este enfoque es esencial para mejorar la salud de la población.
Un Esfuerzo Integral
Para enfrentar esta problemática, es fundamental una intervención coordinada entre los sectores de salud, educación y la comunidad en general. El especialista hizo un llamado a trabajar de manera conjunta para impulsar reformas que prioricen la nutrición y el bienestar mental. Médicos, nutriólogos, psicólogos y educadores deben unirse para promover un cambio real y duradero.
Finalmente, Aguilar aconsejó a la población acudir a profesionales de la salud para recibir orientación adecuada, en lugar de dejarse llevar por dietas rápidas o información errónea, que podría poner en riesgo su bienestar.