La Semana Santa en México es mucho más que una celebración religiosa; es una experiencia cultural arraigada en la historia y las tradiciones de la nación. Con un 71% de la población identificada como católica, según el censo de 2020 del INEGI, las festividades de Semana Santa atraen a numerosos turistas ávidos de presenciar las conmemoraciones de la Pasión de Cristo en distintos puntos del país. Este año, destacamos tres destinos que ofrecen experiencias únicas: Michoacán, Oaxaca y San Luis Potosí.
Michoacán: Procesión del Silencio en Morelia
Michoacán, conocido por su rico sincretismo cultural, se convierte en un escenario vibrante durante la Semana Santa. Morelia, la capital, es el epicentro de las celebraciones, destacando la impresionante Procesión del Silencio. Este desfile, que inicia el Viernes Santo a las siete de la noche, recorre las históricas calles desde el templo de Las Capuchinas hasta la catedral de Morelia. Con una atmósfera solemne, la procesión atrae a alrededor de 45 mil espectadores, quienes presencian la devoción manifestada por las 20 cofradías que participan. Además, durante la semana, Morelia ofrece una variedad de atractivos turísticos, desde la iluminación especial de la catedral hasta instalaciones artísticas en el parque lineal Bulevar García de León.
Oaxaca: Día de la Samaritana y Procesión del Silencio
En el corazón de Oaxaca, el centro histórico se transforma en un escenario de tradiciones durante la Semana Santa. Una de las celebraciones más destacadas es el Día de la Samaritana, donde los templos ofrecen refrescos gratuitos a los transeúntes, rememorando la generosidad de la samaritana bíblica. Además, el Viernes Santo, las calles se llenan de devotos para la Procesión del Silencio, una representación conmovedora de los últimos momentos de la vida de Jesús. El ambiente se impregna de solemnidad mientras las cofradías recorren las calles con velas y faroles, creando una experiencia única para los visitantes.
San Luis Potosí: Viacrucis en Real de Catorce
Real de Catorce, un pueblo mágico en el semidesierto de la Sierra de Catorce, es el escenario de una experiencia mística durante la Semana Santa. Su viacrucis, una representación auténtica de los últimos momentos de Jesús, es una tradición arraigada que involucra a toda la comunidad. Las calles empedradas se llenan de devoción, decoradas con motivos religiosos y altares dedicados a la Virgen de Dolores. Además de las procesiones, los visitantes pueden disfrutar de actividades como cabalgatas hacia antiguas haciendas mineras y safaris fotográficos para explorar la belleza del desierto.
La Semana Santa en México es más que una celebración religiosa; es un viaje a través de las tradiciones, la historia y la diversidad cultural del país. Estos destinos ofrecen una oportunidad única para sumergirse en la esencia de esta festividad tan significativa.