¿Adós celulares? Mark Zuckerberg predice el fin de los smartphones y su reemplazo por gafas inteligentes

Los teléfonos celulares han sido el centro de la revolución digital en las últimas décadas, pero su reinado podría tener fecha de caducidad. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, asegura que los smartphones serán reemplazados por gafas inteligentes antes de que termine la década de 2030.

Esta predicción no es solo una hipótesis. La industria tecnológica ya está trabajando en el desarrollo de dispositivos que buscan cambiar la manera en que interactuamos con la información y la conectividad digital.

¿Qué son las gafas inteligentes y cómo podrían reemplazar a los smartphones?

Las gafas inteligentes son dispositivos que integran tecnología de realidad aumentada y conectividad avanzada para ofrecer una experiencia digital sin la necesidad de una pantalla táctil tradicional. Según Zuckerberg, estas gafas permitirán:

• Enviar y recibir mensajes con comandos de voz.
• Realizar llamadas sin necesidad de un teléfono.
• Acceder a información en tiempo real.
• Navegar en internet con una interfaz más intuitiva.

La ventaja principal de estas gafas sería su capacidad de integrarse de forma natural en la vida diaria, evitando la dependencia de una pantalla en la mano y reduciendo distracciones.

Meta ya ha comenzado la transición

Meta ha trabajado en esta tecnología con las Ray-Ban Stories, lanzadas en 2021. Aunque estas gafas solo permitían tomar fotos, responder llamadas y reproducir música, fueron un primer paso hacia dispositivos más sofisticados. Se espera que futuras versiones amplíen su funcionalidad hasta hacer innecesario el uso de un smartphone.

¿Por qué fracasaron intentos anteriores de reemplazar los celulares?

Antes de las gafas inteligentes, otros dispositivos como los relojes inteligentes intentaron desplazar a los teléfonos. Sin embargo, su dependencia de los smartphones y sus limitaciones funcionales evitaron una adopción masiva.

Las gafas inteligentes buscan superar este obstáculo al operar de manera independiente, con procesadores más potentes y conectividad integrada, permitiendo una transición realista y funcional hacia un mundo sin celulares.

¿Cuándo podrían desaparecer los smartphones?

Mark Zuckerberg estima que la adopción de las gafas inteligentes será gradual y que para finales de la década de 2030, los teléfonos móviles habrán perdido relevancia. Este proceso sería similar al reemplazo de las computadoras de escritorio por los smartphones en la vida cotidiana.

Competencia en la carrera por las gafas inteligentes

Meta no es la única compañía trabajando en esta tecnología. Apple también está desarrollando sus propias gafas inteligentes, lo que podría acelerar la innovación en el sector. La competencia entre estas dos empresas líderes podría resultar en dispositivos más accesibles y funcionales en menos tiempo del esperado.

¿Cómo impactaría esto en la vida diaria en México?

Si la predicción de Zuckerberg se cumple, las gafas inteligentes cambiarán nuestra forma de comunicarnos, trabajar y acceder a la información. En México, este cambio podría tener implicaciones significativas:

• Transformación en la educación: Las gafas podrían usarse para clases interactivas y aprendizaje inmersivo.
• Impacto en la economía digital: Empresas y comercios podrían adaptar sus estrategias de marketing a una plataforma basada en realidad aumentada.
• Cambio en la conectividad social: Se reduciría la dependencia de las redes sociales en formato tradicional, favoreciendo experiencias más naturales e integradas.

¿Estamos listos para un mundo sin celulares?

Si bien la transición a los smartphones tomó varios años, el avance tecnológico actual podría acelerar la adopción de las gafas inteligentes. No obstante, el mayor desafío será la aceptación de los usuarios y la confianza en esta nueva forma de interactuar con la tecnología.

Aún queda por ver si esta visión de Zuckerberg se hará realidad o si los smartphones seguirán dominando el mercado en las próximas décadas. Lo que es seguro es que el futuro de la tecnología está en constante evolución y que, tarde o temprano, nuestra manera de comunicarnos volverá a transformarse.