En las fronteras de México, tanto al norte como al sur, se esconden cuatro pueblos mágicos que destacan por su historia, cultura y paisajes. Estos destinos, muchas veces desconocidos, ofrecen una gran variedad de experiencias para los viajeros que buscan aventuras diferentes. De los 177 pueblos mágicos del país, solo cuatro están ubicados en las fronteras, tres en el norte y uno en el sur. Aquí te contamos más sobre cada uno de ellos.
Tecate, Baja California: Aventura y tradición cervecera
Tecate es quizá el más conocido de esta lista. Ubicado en la frontera norte, a una hora de Tijuana y dos de Mexicali, este pueblo mágico tiene mucho que ofrecer. Fundado en el siglo XIX como una colonia agrícola, su entorno natural de montañas, formaciones rocosas y bosques de encinos lo convierten en un destino ideal para los amantes del ecoturismo.
Uno de sus principales atractivos es La Rumorosa, una carretera legendaria famosa por sus impresionantes vistas y curvas peligrosas, que también ha inspirado diversas historias de fantasmas. Pero más allá de los mitos, La Rumorosa es un lugar perfecto para hacer senderismo y rappel, además de explorar las pinturas rupestres en El Vallecito.
Este pueblo es la puerta de entrada a la famosa Ruta del Vino, con bodegas históricas y cervecerías, como la Cervecería Tecate, que ha cumplido 80 años y permite visitas a sus instalaciones. Tecate también se destaca por sus centros de bienestar, como el mundialmente reconocido Rancho La Puerta, un spa de clase mundial. Desde 2012, Tecate es parte del programa de pueblos mágicos, gracias a su riqueza natural, su oferta ecoturística y su vibrante cultura gastronómica.
Guerrero, Coahuila: Historia colonial y naturaleza
Guerrero, en Coahuila, fue fundado en 1700 por misioneros españoles que establecieron tres misiones y una cárcel. Ubicado cerca de la frontera con Estados Unidos, este pueblo mágico es ideal para los amantes de la historia y la naturaleza. Sus antiguos edificios, como la Parroquia de San Juan Bautista y la Casa de Cultura, transportan a los visitantes a siglos pasados.
A solo unos kilómetros de su centro, se pueden visitar las ruinas de las misiones de San Bernardo y San Juan Bautista, testigos del proceso de evangelización en la región. Para los que prefieren actividades al aire libre, La Pedrera ofrece la oportunidad de relajarse en piscinas naturales alimentadas por arroyos, mientras que el río Bravo es perfecto para practicar kayak o incluso volar en globo aerostático. Guerrero fue nombrado pueblo mágico en 2015, gracias a su legado histórico y su entorno natural.
Mier, Tamaulipas: Un pueblo lleno de historias
Fundado en 1753, Mier está lleno de historia, desde la resistencia de sus habitantes ante las incursiones texanas en 1842 hasta su arquitectura colonial. Este pueblo mágico está ubicado entre Reynosa y Nuevo Laredo, rodeado de un paisaje semidesértico y caluroso.
El centro histórico de Mier es un reflejo del pasado, con construcciones de piedra del siglo XVIII como la Casa de las Columnas y la Capilla de San Juan Bautista. También es famoso el Museo Casa de los Frijoles, que cuenta la historia de cómo algunos militares texanos fueron fusilados tras un sorteo con frijoles.
Para quienes buscan naturaleza, las presas Las Blancas y Falcón, que comparte frontera con Estados Unidos, ofrecen paseos en lancha y la posibilidad de avistar aves. Mier fue reconocido como pueblo mágico en 2007 por su historia, arquitectura y riqueza natural.
Candelaria, Campeche: La puerta a la selva maya
El único pueblo mágico en la frontera sur de México es Candelaria, en Campeche, y es el más reciente en recibir este título, en 2023. Rodeado por la exuberante selva maya y el río Candelaria, este lugar es un paraíso natural para quienes buscan desconectarse y explorar la biodiversidad de la región.
Entre sus principales atractivos están las cascadas Salto Muerto, Salto Toro y Salto Grande, además de los manantiales cristalinos de Pedro Baranda, donde se pueden avistar monos aulladores, tucanes y flamencos. También es posible explorar la arqueología de la zona en los sitios de El Tigre y el Cerro de los Muertos, que conservan antiguas estructuras mayas.
Candelaria es una excelente opción para los viajeros que quieren combinar naturaleza, historia y cultura, y disfrutar de un lugar poco conocido en la frontera con Guatemala.
Conclusión
Estos cuatro pueblos mágicos en las fronteras de México ofrecen una combinación única de historia, cultura y naturaleza. Desde los paisajes desérticos del norte hasta la selva tropical del sur, cada uno tiene su encanto especial y merece ser descubierto. Ya sea que busques aventura, tranquilidad o una experiencia gastronómica única, estos destinos te sorprenderán.